El pasado 26 de febrero una embarcación naufragó frente a la costa de Calabria, a unos cientos de metros de Steccato di Cutro, Italia; (Crotone: había salido desde Izmir (Turquía) y llevaba a bordo entre 180 y 250 personas, en su mayoría procedentes de Irán, Pakistán y Afganistán.

Hasta la fecha se han recuperado del mar 70 cuerpos (entre ellos 14 menores, 21 mujeres y un recién nacido), pero la cifra podría aumentar.

Hay numerosas inconsistencias que surgieron de las explicaciones oficiales de las autoridades competentes, quienes estaban al tanto del SOS lanzado por ese barco, pero no actuaron a tiempo. En lugar de callar y disculparse, los ministros responsables culpan a los migrantes y reparten responsabilidades entre la Guardia Costera, la Guardia di Finanza y Frontex por los retrasos en las operaciones de rescate con la esperanza de que todo caiga en el olvido.

La masacre de Cutro no fue un accidente imprevisible. Es solo la última de una larga serie de tragedias que podrían y deberían haberse evitado.

Las personas que salen de Turquía, Libia, Túnez o Marruecos se ven obligadas a hacerlo arriesgando su vida por la ausencia de vías seguras y legales de acceso al territorio europeo.

Los gobiernos han concentrado sus esfuerzos únicamente en el objetivo de impedir las salidas, obligando a quienes huyen de la guerra, la persecución y la pobreza a recurrir a los traficantes. La política de criminalizar a las víctimas es responsable de estas tragedias.

Si las personas que murieron en el mar frente a Cutro hubieran podido solicitar y obtener un visado humanitario no habrían arriesgado su vida.

Si existiera un programa de búsqueda y rescate europeo o italiano, ese terrible naufragio podría haberse evitado.

El Poder Judicial investigará las responsabilidades de las autoridades competentes.

Pero quienes tienen responsabilidades políticas -especialmente el gobierno italiano- no pueden revertir la realidad y descargar sobre las víctimas el peso de una masacre que se saldó con la pérdida de 70 seres humanos que pudieron y debieron ser salvados.

Urge decir basta y detener las muertes en el mar.

Hoy 11 de marzo, en coincidencia con la manifestación nacional que tendrá lugar en Cutro, unimos nuestra voz a la de las numerosas asociaciones y colectivos italianos.

Así mismo PEDIMOS

  • Una investigación seria para esclarecer lo sucedido.
  • La creación de una comisión en el Parlamento Europeo de investigación sobre lo acontecido en zonas fronterizas y las víctimas que estas están provocando.
  • La implementación inmediata de un programa europeo de búsqueda y rescate en todo el Mediterráneo, e instamos al gobierno italiano a buscar la colaboración de otros estados miembros en dicho programa.
  • Que se activen los visados humanitarios previstos por el Reglamento Europeo de Visados, permitiendo así que las personas que huyen de situaciones de guerra y violencia puedan cruzar las fronteras europeas con seguridad y legalmente.
  • Que se activen todas las vías de acceso complementarias, a partir de reasentamientos, corredores humanitarios y otras formas de patrocinio, así como ampliar los canales regulares de entrada.
  • Que se detengan todas las iniciativas y programas de externalización de fronteras y se promuevan en cambio acuerdos bilaterales enfocados al respeto de los derechos humanos y no al control de los flujos migratorios desde miradas suceritarias.

Es hora de decir basta y detener las masacres.

No a la Europa Fortaleza!!


Vías Seguras Ya!!!